Se define como todos aquellos
factores que impiden la comunicación, con lo que se interrumpe el flujo
interactivo y dinámico entre el emisor y receptor, también denominada ruidos en
la comunicación.
Esas barreras se agrupan en cinco
grandes grupos:
Físicas o mecánicas: Se refieren a fallos que se producen en los
medios, canales o soportes utilizados para hacer llegar el mensaje; pueden
anular o distorsionar el mensaje emitido; ejemplos: la distancia, el exceso de
ruido e iluminación.
Semánticas: Se refieren a interferencias ligadas al lenguaje,
idiomas y educación tanto del emisor como del receptor, tienen su origen en la
falta de adecuación entre los códigos utilizados por el emisor y el receptor y
pueden convertir el mensaje en incompresible.
Sociográficas: Se refieren a las interferencias causadas por
aspectos como edad, clase social, ocupación, raza, religión, sexo y similares;
pueden crear obstáculos entre el emisor y el receptor.
Actitudinales: Están ligadas a los intereses, necesidades, valores
y otras actitudes del emisor o receptor.
Psicológicas: relacionadas con las distorsiones que se producen en
el proceso comunicador a causa de la personalidad, prejuicios, antipatías, étc.
Los problemas de la comunicación
en las organizaciones suponen un asunto psicosocial y no meramente tecnológico.
Se establecen las siguientes barreras:
1° barrera: Surge cuando en las
organizaciones se potencia exclusivamente la consecución de un determinado
nivel de productividad.
2° barrera: (Filtrado de la
información negativa). Relacionada con la escasez de informaciones dirigida
hacia los niveles superiores en la organización, que viene acompañada,
frecuentemente, por la emisión de los mensajes omitidos por los colaboradores
situados en la base de la organización.
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